Saturday, January 9, 2010

Una cuestión espinosa

Mientras Ana, mi compañera de piso, se pega la gran vida cairota con crucero por el Nilo incluido, yo me he dedicado a explorar diferentes aspectos de la cultura árabe y jordana. Por ejemplo, la homosexualidad (que es un tema tan ligero por estos lares) y más concretamente, a las mujeres homesexuales, o sea, las lesbianas.

La revista Living Well me propuso escribir sobre algún tema muy controvertido, que generase lo que los ingleses llaman "feedback". Este "feedback", que no significa que te comas la espalda si no que la gente te responda, quizá me cueste algún disgusto, por razones que luego explicaré. En fin, que lo primero que se me ocurrió fue "y qué puede haber más controvertido en Oriente Medio que la homosexualidad". A lo que la redactora jefe enseguida respondió casi en estado de éxtasis;"¡Efectivamente! Y además lo vas a hacer sobre las lesbianas jordanas".

Estupendo, pensé, ¡a ver dónde encuentro yo ahora lesbianas! Encontrar homosexuales es muchísimo más fácil que encontrar lesbianas, primero porque como en todo, en general las mujeres somos muchísimo más discretas que los hombres, lo que hace bastante complicado diferenciarlas. Y luego, claro, a ver cómo me acerco yo a una mujer y le digo que se que es lesbiana y que si le puedo hacer preguntas íntimas.

En general, me he metido en pequeño pantanal del que la revista gay My.Khali me está ayudando a salir. Encontré esta revista de Internet por casualidad, mientras buscaba lesbianas en Internet (mira que suena mal, pero es cierto). Además el contenido es bastante interesante, con entrevistas, artículos de cultura y sociedad.

Hoy me han conseguido mi primera entrevista con una chica, después de casi tres semanas y un intento frustrado. Por lo que parece, ellas están bastante asustadas de que salga a la luz de alguna forma quienes son. Como me ha confesado esta chica, la mayoría tiene familias extremadamente homófobas, de esas que siguen creyendo que la homosexualidad es cosa de drogadictos y fornicadores, de viciosos en general.

Han venido dos redactores de la revista, y hemos estado charlando en una antigua casa del barrio de Jabal Al Wabde, con una terraza al estilo jerosolomitano, mientras caía el sol sobre las colinas de Amán. Sí, sí, los pájaros piaban también y era todo muy idílico, pero el tema que estábamos tratando le hubiese puesto los pelos de punta a más de un jordano que nos escuchase.

Z, así la llamaré, dijo que la extremada precaución que toman se debe a que no quieren que nadie de su entorno y mucho menos la familia lo sepa jamás. "Sería una vergüenza demasiado grande para todos, bastante es ya que mi hermano lo sabe por que se enteró de casualidad", comentó Z. Cuando su madre le pregunta por qué no sale con chicos, ella dice siempre que está demasiado ocupada para esas cosas, a pesar de que tiene 30 años y a esa edad aquí ya se es una solterona sin remedio.

No tengo ni idea de cómo será llevar una máscara todo el día, estar continuamente en tensión de que no se escape nada, de que nadie interprete ningún gesto, ni siquiera cuando es dolor por que la persona que quieres te ha dejado pero no puedes expresar tu pena ni en tu propia casa. "Imagina cómo es estar hecha polvo porque tu novio te deja, pero tienes que aparentar que todo está igual por que tu familia no puede saber nada", dijo Z.

Me contó la historia de una chica jiyabi, o sea que lleva pañuelo y es religiosa, y el conflicto que tiene; por una parte, el Corán prohibe la homosexualidad, y por otra ella es lesbiana y no quiere dejar de ser religiosa. Eso hizo que me acordase de mi vecina en Jerusalén, Jana, que era ortodoxa judía y lesbiana. Jana, que tenía una guardería en su casa para niños ortodoxos y ultraortodoxos (sí, mi barrio era muy pintoresco, había hippies, testigos de Jehová y ultraortodoxos conviviendo juntos. Hasta mormones había, oye), vivía justo debajo de mi escalera. Descubrí que era lesbiana porque un día me la encontré llorando y pegándose lingotazos de Jack Daniels en el rellano de su casa. Cuando me enteré de que sus pucheros eran por que su novia no quería dejar a la chica con la que vivía me quedé de piedra. ¿Cómo podía esta mujer, que no tomaba su medicina durante la Pascua Judía porque su rabino le había dicho que no era kosher, ser lesbiana?
¿Cómo podía alguien que se levantaba a las cinco y media de la mañana para ir a la sinagoga y no comía mis pasteles por que estaban hechos por una gentil, desafiar la ley judía estando con otras mujeres?

Para consolarla me la llevé de copas con unos amigos, aunque luego resultó que estaba en rehabilitación para alcohólicos y llevaba doce años sin probar un trago hasta ese día. Me sentí tan culpable que ví en la obligación de sustraer el Jack Daniels, para ejem, su propio beneficio.

Hablando de máscaras, esta pobre mujer que fue hippie en su juventud y le dió a todo lo habido y por haber, se tuvo que casar con un tipo obligada por la madre para mantener las apariencias. Tuvo cinco hijos con él, aunque como me confesó en el rellano de la escalera, "cada vez que teníamos sexo, era como si me violasen". Eso se me quedó grabado a fuego.

Al final, un día no pudo más y se marchó. Luego volvió, pero como los hijos ya eran mayores, decidió que no quería seguir con la farsa del matrimonio. Pero claro, siendo ortodoxa, tuvo que continuar la pantomima en el trabajo y en su vida social. Pero el por qué se confesó a borbotones con una vecina en las escaleras, eso no lo sé. Al menos ella vivía sola, Z no puede permitirse ni el consuelo de una buena llantina y una copa de whisky con una vecina.

¿Cuántas chicas habrán sido obligadas a casarse prácticamente a la fuerza o para evitar la sospecha? Esta sociedad todavía hace oídos sordos ante la homosexualidad, aunque está hay, y francamente en muchos casos es bastante visible. Encima es que en Jordania no es ilegal, no te pueden detener por ser homosexual.

Como ya tengo sueño, con esto cierro, aunque se que me ha quedado un poco embarullado, pero eso es lo bueno de que es mi blog. Que hago lo que quiero. Pero hoy he disfrutado muchísimo con esta gente y nunca había pensado en las dificultades que afronta esta gente. Por que si ya tiene que ser difícil ser homosexual en Occidente, aquí, sobre todo si vives en un pueblo lejos de la capital, puede suponer la vida. Otro día hablaré de la comunidad homosexual en Jerusalén, que tiene miga...
Hasta otro día, Insha´allah!

1 comment:

  1. Como siempre me rio muchisimo con tus comentarios
    Es increible la cantidad de sitios que conoces
    me gusta la forma en que has contado lo de la chica judia es francamente gracioso.
    Lo de jerosolomitano no se si todo el mundo sabe lo qe significa (de jerusalen).
    En fin Susana sigue así divirtiendonos.
    Y por favor completa tu profile para que sepamos que haces
    un saludo.

    ReplyDelete